Diario #9
03 de junio de 2015
Propósito: observar el clima emocional en el aula
Hoy llegue a las 8:25 am, salude a doña Esther que estaba
regando las jardineras de la entrada con su nieto Axel Damián.
Llegue directo a la dirección porque mi maestra no había llegado todavía, espere
como veinte minutos en la dirección; mientras esperaba intentaba repasar mi planeación
y como llevaría a cabo la actividad que tenía contemplada para hoy.
La maestra Ceci llego al mismo tiempo que la directora,
salude a ambas y me fui al salón con la maestra.
Al llegar al salón me sentía preocupada por el tiempo, en
un principio considere que mi actividad iba a terminar muy rápido pero pude
notar que la maestra se encontraba nerviosa con respecto al conflicto con la
abuelita de Camila (yo creí que era su mamá) ya que temía que pidiera reunirse
con ella en la dirección.
Le pregunte a la maestra sobre en qué momento sería el más
oportuno para aplicar mi actividad, ya que los niños tenían educación física a
la primera hora, yo sugerí que fuera después del recreo pero en ese momento la
directora le recordó a la educadora que hoy la salida era a las 11:00 am porque
tendrían reunión los docentes.
La maestra Ceci esperaba que faltara el profesor, pero no
fue así él llegó puntual.
Los niños iban llegando con sus cajitas de medicina, las
que les pedí de tarea, en cuanto llegaban me las mostraban. Me sentía feliz de
que los niños tomaran seriamente lo de traer su tarea.
La maestra seguía pendiente de la puerta esperando a la
abuelita de Camila, y llego aproximadamente a las 9:05 am. No me di cuenta
cuando la maestra se fue a la dirección, me quede sola con el grupo y me asusté
un poco pero me tranquilice cuando recordé que tenían educación física.
Los niños se encontraban inquietos y el profesor no llega
por ellos, así que me arme de valor y empecé porque todos sacaran sus cajitas. Comparamos
sus cajitas con las que yo lleve el primer día; el profesor llego para decirme
que hoy iba a realizar una evaluación de los niños y que prepararía el material
primero y después me llamaría para llevarse a los niños al patio.
Pensé que se tardaría y empecé mi planeación del día con
la actividad de inicio, les repartí a todos una pirámide y su cubo pintado. Cuando
les daba el cubo varios niños me decían “este no es mío maestra”, yo les respondía
que era solo por un momento para la actividad.
Contamos las caras de los tres cuerpos geométricos que tenían,
concluimos que el cubo tiene cara de cuadrado, el prisma rectangular cara de rectángulo
y la pirámide de triangulo.
Me encontraba emocionada porque los niños respondían muy
bien a mis cuestionamientos.
Después les pedí que apilaran sus cuerpos geométricos,
los niños parecían encantados apilado las cajitas de medicina (ya que les pedí
tres por niño) con la pirámide y el cubo; se emocionaron mucho cuando les
comente que les tomaría una foto a ellos y a sus trabajos, que se esmeraron por
hacer una gran construcción.
Fue muy divertido, tenía el control del grupo, ellos se veían
interesados y me sentía relajada.
El profesor volvió a entrar y al enterarse de que hoy salíamos
temprano solo se llevó a los niños de la escolta, para practicar.
Me sentí más libre al saber que podía continuar con mi actividad
de desarrollo: pintar el contorno de las cajitas con pintura en una hoja de
papel.
Mientras les explicaba cómo se realizaría la actividad
los niños estaban muy atentos.
Les pedí opinión sobre qué color querían para pintar: si
verde o naranja-rosita. Los niños escogieron verde y las niñas el otro color.
Estaban muy concentrados realizando su trabajo, y creo
que motivados porque les comente que les volvería a tomar fotos a sus trabajos.
Me impresiono la dedicación que puso Kenny a su trabajo,
ya es un niño que la maestra Ceci tiene etiquetado como revoltoso.
La maestra Ceci llego y se quedó asombrada de que todos
estaban trabajando tan atentos en la actividad que se llenó de emoción y también
les tomo fotos con su celular. Ella se sentía más tranquila al aclarar el mal
entendido con la abuelita de Camila.
Continúe y concluí las actividades de mi planeación con
una gran satisfacción de lo bien sincronizados que estábamos los niños y yo; la
maestra ya no tuvo necesidad de realizar una actividad extra para recabar, lo
que ella considera, evidencias de aprendizaje.
Los niños me ayudaron a guardar el material y se fueron a
lavar las manos para almorzar.
Los niños continuaron tranquilos, en el sentido que no
hubo pleitos de ningún grupo, hoy fue un día muy agradable.
Después del almuerzo la maestra los puso a representar el
cuento de la caperucita roja, como a las 10:34 me salí a realizar una encuesta
de cuatro preguntas a Kenny, Alan y Alejandro. A los tres les gusta que la
maestra utilice material y jugar con sus compañeros.
Cuando regresamos al salón la maestra estaba bailando con
los niños, sin darme cuenta estaba contagiada de tanta energía que también baile
con ellos y ellos me imitaron.
Llego la hora de la
salida y los padres ya estaban esperando por sus hijos; me sentí nerviosa
al decirles la tarea.
Me quede en el patio con los niños que sus papas todavía no
llegaban mientras los docentes tenían su junta.
Me fui del jardín a las 12:20 pm, cansada pero contenta
de que hoy me sentí más segura de mi misma frente al grupo.